A veces nos preguntamos que pasa detrás de las acciones, pero a veces también nos preguntamos tarde. La incomunicación puede llevar a la desesperación. La voz puede incluso no ser escuchada y aplastada por el mismo silencio. He aquí un retrato ficticio de algo que puede ser o quizás lo haya sido real.....
Cuatro de la tarde. La loza permanece sobre el lavaplatos. Jaime sentado en el sofá hojea parsimonioso el diario en la sección deportes haciendo sonar el papel, Juana se dedica a regar plantas en la terraza y de vez en cuando se agacha a quitar alguna hoja seca o una maleza. José mientras tanto en su pieza juega playstation y Julia conversa en el teléfono discutiendo la fiesta de la noche pasada.
Se oscurece casi desapercibidamente, en el comedor ahora reunidos frente al televisor, se cruzan las manos en silencio para alcanzar algo. La mesa queda vacía. Jaime vuelve al sofá, Juana a la cocina, José y Julia a sus cuartos.
Esa noche Juana en el baño, traga una, otra y otra pastilla frente al espejo llorando silenciosa. Jaime la encuentra en el piso, abrazando el cuerpo frío , pregunta -¿Por qué lo hiciste?...¡Te veías tan feliz!!...-
La mirada ausente para siempre es su respuesta.
2 comentarios:
Estupendos versos que ahora reflejan un futuro que a veces siento acercarse... ¿habrás narrado mi historia futura??? qué hacer para cambiar...
Te gradezco la visión, te gradezco el escribir lo que a veces muchas mujeres sentimos.
Almendra:
No quisiera haber narrado tu futuro, pero es cierto que callamos demasiado a veces, sólo te pido que saques la voz y quizás más adelante un grito...Recuerda siempre qque lo primero que hacemos al nacer es llorar con la fuerza de un grito...
Vicky
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