martes, 26 de febrero de 2008

La búsqueda de la felicidad


The image “http://tkfiles.storage.live.com/y1p31LEe_zjViOjG0nskFXlCUFKOQu6kBhFbpEHIFG6M3Jty6VcqTa1N9qmeoJlM4qRZSRX5QymHgo” cannot be displayed, because it contains errors.




Todos buscamos la felicidad, pero cada uno es feliz de distinta manera a otro, lo que hace feliz a uno no hace feliz a otro, al parecer la felicidad entre los hombres es un péndulo constante. pongo un ejemplo, si alguien te ama, y tú lo amas, se habla de felicidad y amor compartido, pero si otro distinto también te ama, la imposibilidad de dividirse provocará la infelicidad del otro y hablamos de desdicha.
De la misma forma si tienes algo que querías, eres feliz, pero si lo pierdes, te acomete la congoja, la pena por haberlo perdido, o si tienes un buen sueldo y te aumentan , estás contento pero de pronto empiezas a gastar más y ya no alcanza entonces ... no estás tan bien.
Para algunos la felicidad está en la falta absoluta de apetencias, no desear nada, no querer nada, pero ello es realmente poco factible, debido a que desde que se toma conciencia, deseamos y apetecemos, comida, bienes, placer, amor, ser feliz, libre.
Otros creen que la felicidad es tranquilidad, sea amorosa, económica, laboral, paz , armonía, sin conflicto, pero ello también es irreal, pues el ser humano se mueve dentro de sus propias emociones como barco en el mar y las olas lo llevan de un lado a a otro.
¿Qué sería entonces la felicidad? Mantener el barco en equilibrio, el interno y el externo, poder lograr la armonía entre lo que está adentro y lo que está afuera de nosotros, entre las emociones y pasiones internas y las exigencias, demandas y derechos externos.
Digo luego que ser feliz es poder caminar descalza sobre el pasto sintiendo que aún está húmedo, mirar el cielo a través de los árboles mientras una mano coge la tuya y sentir que un beso te cierra los párpados sabiendo que estás segura en los brazos que te acogen, poder llegar a tu casa pensando en lo que prepararás para los tuyos, cantar en voz alta y bailar a tu ritmo, sentir satisfacción.
Socialmente se habla del grado de felicidad de la gente equiparándolo al grado de satisfacción que se tiene, entonces resulta que volvemos al principio, todo es relativo y variable, lo que a mí me acomoda a mi vecino no, por tanto para cada uno como ente individual hay una medida. Te invito a buscar la tuya....y a trabajar por ella.

domingo, 24 de febrero de 2008

Tres visiones sobre el perdón

Como siempre la casualidad me trae cosas para crear, para recordar, para analizar o para comentar. Un amigo me ha enviado un poema sobre el perdón y en un debate por internet de "Letras Escondidas" me encontré con qué también se hablaba sobre ello, me gustó mucho la postura planteada y comparto ambas con ustedes por lo distintas...
The image “http://chacho.blogia.com/upload/20061021202757-perdon.jpg” cannot be displayed, because it contains errors.

"..... Teniendo en cuenta la " gran acogida" de mi tema, me parece que no lo expresé correctamente. Quise plantear, de una forma distinta, el debate del perdón. Sobre este tema, como es sabido, hay mucha literatura y me parecía interesante enfocarlo desde la perspectiva del " no- perdón ". Deudores de una concepción judeocristiana, la relación entre el que pide el perdón y el que lo concede es una relación asimétrica a favor del que lo pide, e incluso , en algunos supuestos , paritaria. Es muy revelador el comportamiento de los niños : cuando discuten y se les pone de manifiesto el error de uno de ellos, ya entienden que es más que suficiente el pedirlo, que, por otra parte, les cuesta horrores, y tienden a marcharse. No esperan a saber si el agraviado se los ha concedido o no. Esto es, el desequilibrio existente entre el agraviado y el causante, queda compensado con la solicitud del perdón. En mi opinión, esto encubre una cuestión bastante dañina, la idea de que si no se perdona la relación se vuelve a descompensar y esta vez, en contra del agraviado. Es obvio que ni social ni personalmente conviene que los " agravios " se enquisten pero también entiendo que en una personalidad madura uno debe ser consecuente con sus actos y entre ellos está el perdonar o el no hacerlo, el de ser perdonado o no. Y todo ello sin grandes traumas, por supuesto. Por otra parte, también quería destacar la relación que existe entre la condescendencia con los errores ajenos y los propios. Es explicable que en muchas ocasiones que somos tan duros con nosotros mismos, lo seamos también con los demás. Dejo innumerables facetas del perdón fuera, sobre todo la " liberadora" al perdonar, pero esta, siendo importantísima, está más vista....." (Dramolucha, Diciembre 2007, Letras Escondidas)

Yo creo además que pedir perdón lleva implícito el arrepentimiento, sólo podemos solicitarlo si estamos verdaderamente arrepentidos , si aceptamos que estamos en falta, si lo que sea que hayamos hecho produjo como resultado un daño que no deseábamos, entonces es lícito el pedir perdón y debemos aceptar que nos sea concedido o no según la gravedad de la falta. En el caso de los niños, la inmadurez propia de los chicos , los hace sentirse omnipotentes, ello les impide reconocer la falta frente a otros, pues su estima se basa en la imagen que sienten ven los otros de ellos. Si creen que se verán disminuídos en relación a los otros, les costará asumir la falta, pedir perdón y aceptar el castigo. Efectivamente ocurre, sea niño o adulto, que quien otorga el perdón recibe un poder enorme en el momento que lo otorga, quedando por un momento en un plano superior respecto del que lo solicita. pero como el mundo tiene arriba y abajo, en cualquier momento le toca al dañado sin desearlo dañar y por ende pedir a su vez perdón...Al final es una cuestión de madurez, sólo al madurar aprendemos a reconocer los errores y entender que equivocarnos es parte de la tarea de crecer.
Por ello me sumo a la frase tan conocida:"Amar es nunca tener que pedir perdón", a pesar de que también en la vida me ha correspondido perdonar o pedirlo.
(Virginia Farfán Ulloa)


Autor : Arturo Uribe: (Nuno)

Puedo Pedir Perdón

Pido pedir perdón por pintar paredes

Paredes permitidas políticamente

Por pasar por puentes podridos

Pudiendo perentoriamente perecer

Pido perdón por pronunciar palabras provocadoras

Para pedir pesos pesados

Perdónenme por publicar premios pretéritos

Perdón por poner prohibiciones

Por pisotear planes prohibidos

Por pasar por parrones plomizos

Pudiendo poner plataformas

Puse piedras parecidas

Perdón

Pido perdón por plasmar plumas

Por parar protones prensados

Permitiendo pasar parásitos

Por parajes permanentes

Perdón, perdón

Podría perder prestigio

Por ponerme pendenciero

Primitivo, promiscuo, pobre

Podría pasar privaciones

Prevaleciendo placeres privados

Podría provocar poderes

Prendiendo piras pirotécnicas

Para parecer profeta particular

Perdón, perdón, perdón

Por prometer parábolas populares

Pronunciadas por profesores

Plagando prisas primaverales

Poniendo pintas parecidas

Perdón.

domingo, 17 de febrero de 2008

¿Sola o solitaria?

The image “http://pequenoscinerastas.files.wordpress.com/2007/08/soledad.jpg” cannot be displayed, because it contains errors.


Se habla que la soledad es una enfermedad de esta época, nos aislamos detrás de un diario, de un par de gafas, de pasar sin mirar lo que ocurre a nuestro alrededor, pero la verdadera soledad se vive cuando traspasas el umbral de tu departamento o casa y sólo se siente el silencio al entrar.
Comes a solas, dejando el plato en el lavadero a veces durante días porque sabes que nadie viene a visitarte, te duele el estómago y ni siquiera quieres llamar por teléfono a alguien para molestarle por ayuda, porque se supone que eres una persona adulta y por lo tanto autovalente.Te puedes ausentar durante días de tu trabajo y nadie llama para preguntar por qué. Tu única compañía incondicional es la televisión encendida en forma permanente y anhelas una voz llenando los espacios con tu nombre, una tarjeta de navidad rotulada con tus iniciales, una mano que te acaricie el pelo mientras duermes y sueñas con amores posibles e imposibles. Ésa sí es soledad, como la de una tumba abandonada en la que se va borrando incluso la identidad sobre la lápida.
Estás profundamente sola o solo.
Ser solitario es distinto, buscas un espacio en silencio para estar contigo mismo y sales de allí cuando lo deseas, miras desde lejos observando todo y no te involucras. Tus amigos incondicionales son los libros, la música, los paseos en silencio, y te jactas de no depender de nadie. Tienes todo en tí mismo y temes necesitar del otro, sueles incluso ser escaso en palabras para evitar el contacto y al encontrarte con el amor centras en la figura amada todo el amor del mundo hasta la obsesión, pero aún así temes entregarse verdaderamente. Finalmente terminas solo o sola alejado interiormente del mundo entero.
Pero somos en forma natural seres gregarios, nacidos para vivir en comunidad, para formar equipos, yo siembro, tú cosechas, yo crío, tú cazas, yo invento, tú produces, hasta llegar a un nosotros más amplio, a un nosotros y ellos, a un nosotros, ellos y áquellos. Así, hasta envolvernos a todos.
Entonces, ¿qué nos hace encerrarnos, colocar barreras?...El miedo y la conciencia de nuestras fragilidades humanas. Las diferencias entre tú, yo y nosotros, diferencias que abarcan desde el tono de piel, hasta el barrio donde vives, el idioma que hablas o la religión que profesas. Nos perdemos entre tantas diferencias y optamos por cerrar las puertas a todos, para poder igualarnos y sentirnos cómodos , nos adentramos en pequeñas tribus urbanas, generando un sentido falso de pertenencia y milagrosamente no nos sentimos solos, pero seguimos distantes.
De todo esto, lo mejor es darse cuenta que necesitamos del otro, que queremos ser amados, que requerimos pertenecer e incluírnos en un grupo y no somos una isla frente al mundo, que abriendo puertas podemos dejar que otro entre a nuestro espacio aún siendo diferente, que siempre habrá diversidad y podemos aceptar ser distintos y... qué bueno es que seamos distintos!...Así puedes distinguirme ...