sábado, 27 de octubre de 2007

La otra

Desde hace tiempo lo tengo asumido
he aprendido a ser la otra,
aquella que no sabe de navidades compartidas,
ni cumpleaños , sólo de tiempos escasos
en que silente la ternura desborda
porque hablar de amor está prohibido,
porque no quiero herir a nadie
menos otra vez , a mí misma.
Aprendí con los días a no esperar nada
a pensar que si llamas es un regalo,
y si no llamas no es olvido...
es que de verdad estás muy ocupado,
a mentirle a mi cuerpo si me faltas,
a recordar cada palabra
para rezarlas cual rosario en mi memoria
cada noche sobre la almohada blanca.
Soy la otra, la que se oculta,
la innombrable en tu santa cama,
pero la que te entrega sueños
y sabe escucharte incluso cuando callas.
Soy la que no te pide nada,
sólo el momento que regalas,
la que amanece sola cada día,
la que carga tus pesares en su espalda,
quien crea para ti locas fantasías,
entre cuatro paredes encerrada
para que no busques a otra distinta,
en otros cuartos,en otras distancias,
para que resientas mi ausencia
si alguna vez no respondo si me llamas.
Seré la otra hasta que decidas
que el camino andado es suficiente,
hasta que digas que debes despedirte
o porque me amas y no te sientes fuerte
para dejar aquella, tu otra vida.
Mientras tanto...ven, abrázame, muérdeme,
deja huellas tuyas en mi piel morena,
márcame a fuego con pasión salvaje
que no reste parte de mí que no conozcas,
yo haré lo mismo sobre tu piel desnuda
para recordarte ...cuando estés ausente.